Por Sofía Barrancos
El resultado de las PASO 2021 para el oficialismo, que no superó a Juntos por el Cambio, obligó a realizar modificaciones en el gabinete. El relanzamiento del Gobierno a partir de la jura de siete nuevos funcionarios, entre ellos al jefe de gabinete, Juan Manzur, calmó el clima entre las fuerzas que integran el Frente de Todos. Luego del descontento de los argentinos en las urnas, hubo una crisis interna e institucional en el oficialismo. Para el presidente fue un golpe y por eso “entregaron” parte del equipo e introdujo nuevas figuras.
En 2019, en las primarias obligatorias de agosto, Alberto Fernández por la coalición Frente de Todos, junto a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner obtuvo el 47,79% de los votos, mientras que Mauricio Macri (PRO), presidente en ejercicio de ese momento, sacó el 31,80%. Tras el gran triunfo del Frente de Todos, el lunes siguiente a la votación se produjo una fuerte devaluación del peso argentino: el dólar pasó de 46 a 57 pesos en apenas unas horas. Paralelamente, el riesgo país, que es el índice que mide el riesgo de que un país no logre pagar los vencimientos de su deuda externa, superó los 1.600 puntos.
En 2017, Cambiemos ganó con el 35,9% de los votos, mientras que el Kirchnerismo y sus aliados sacaron el 20%. El derrumbe del dólar, que cerró a $17,35, reflejó un gran alivio para el oficialismo. Ya dejando a un lado una crisis del Gobierno y un reflote del kirchnerismo, se fortalecieron los bonos soberanos, cayó el riesgo país y subió fuerte la Bolsa. El Gobierno luego de este resultado tenía un "sello de calidad" electoral para salir al mundo a buscar las inversiones. Además, la visita del exvicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, fue una gran ayuda para Macri en ese entonces.
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