Como ocurrió en 2013 o 2017, por ejemplo, Argentina experimenta en este 2021 un nuevo proceso electoral con los comicios de medio término. Mientras el común de la ciudadanía suele relativizar esta instancia electoral, para los espacios políticos -en cambio- la misma tiene suma importancia, al interpretarse como un examen de popularidad de aquellos dirigentes con proyección a las próximas presidenciales.
Por Facundo Orcellet
Existen muchas posibilidades de que el candidato a
presidente por el Justicialismo para 2023 no sea el actual mandatario
nacional, Alberto Fernández. La dura derrota sufrida a nivel nacional
por el Frente de Todos en las PASO del pasado 12 de septiembre, reflejó
la desaprobación general para con la actual conducción de gobierno.
Aunque todavía no pueda afirmarse con seguridad que
Fernández no vaya por un nuevo período, sí pueden encontrarse en la historia
reciente antecedentes que refuerzan esa idea. En 2017, el entonces presidente Mauricio Macri fue avalado a través del voto popular en las elecciones intermedias de ese año, respaldo que lo catapultó casi automáticamente a
las presidenciales de 2019 en su búsqueda de la reelección.
Quien también se enfrentó al examen de popularidad en ese 2017 fue Cristina Fernández de Kirchner quien, tras cosechar un resultado algo magro en la Provincia de Buenos Aires, quedó al margen de las candidaturas presidenciales para 2019.
En suma, una de las consecuencias directas (entre
muchas otras) de los resultados de las elecciones intermedias es un primer
esbozo, aunque bastante preciso, de las candidaturas rumbo a las presidenciales
tanto en el oficialismo como en la oposición.
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